La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) sensible y humana con los estudiantes de escasos recursos económicos y que provienen de comunidades rurales o de otros estados de la República, que sueñan en formarse con una carrera profesional, cuenta desde ya hace muchas décadas con 14 Casas del Estudiante, distribuidas a lo largo y ancho de Sinaloa y que actualmente albergan a más de 700 jóvenes, hecho que para sus familias es una gran tranquilidad y apoyo.
Un ejemplo de estos jóvenes que labran su futuro promisorio en la UAS es Ángel Gustavo Hayar Zárate, quien actualmente estudia la carrera de Psicología y quien está sumamente agradecido con su casa de estudios por brindarle una valiosa oportunidad de prepararse profesionalmente y darle un techo donde vivir.
“Para mí representa mucho que la UAS me apoye en ese sentido, porque si bien, la verdad todas las personas que ingresamos a esta casa somos de escasos recursos, y es un gran apoyo para nosotros. Nos sentimos realmente agradecidos de que nos brinden un espacio donde dormir, un techo donde estar, alimentación”, enfatizó.
Cabe señalar que los moradores de estos hogares de la Universidad no cubren ninguna cuota por su estancia, reciben alimentos, además tienen exoneración académica y perciben becas escolares, es por ello que María Fernanda Lugo Bojórquez, estudiante de Biotecnología Genómica se encuentra plena de formarse en la UAS y ser parte de este grupo de jóvenes beneficiados.
“Estoy agradecida con la Universidad por darme un espacio y que puedo formarme profesionalmente en lo que siempre quise”, compartió.
Así mismo el estudiante de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas, José Saul Sánchez Sotelo señaló que el ser parte de estas casas es una invaluable oportunidad que se debe aprovechar y en donde no solo ellos están agradecidos, sino sus familias.
“Principalmente es un agradecimiento enorme a la Universidad Autónoma de Sinaloa, derivado de que sin ella no habría podido cumplir mi sueño de ser, en este caso biotecnólogo, y el sueño de mis padres de que me vean formado en una carrera. Como somos de escasos recursos (…) eso nos ayuda a seguir adelante, la Universidad ha abierto estos espacios para que nosotros sigamos adelante”, compartió.
Por su parte, Patricia Irazoqui Armenta, estudiante de Medicina Veterinaria subrayó que el formarse en la UAS es un gran logro y que sean solidarios con el alumnado de esta forma, “no tiene nombre”.
“Significa mucho y estoy muy agradecida porque nos está permitiendo hacernos hombres y mujeres de bien, y honestamente tengo muchísimo que agradecer a la Universidad por brindarnos tanto apoyo y una gran oportunidad de estar aquí”, indicó.
De manera general, los moradores de las Casas del Estudiante de la UAS manifestaron estar felices de formar parte de la institución y conminaron a otros jóvenes que aún no se animan a cumplir sus sueños de ser profesionales por tener alguna limitante económica, a que se acerquen a esta universidad y hagan realidad esas ganas de salir adelante.
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